martes, 24 de enero de 2012


 El P. José María Vélaz es el fundador de Fe y Alegría. Nace en Rancagua, Chile, de  padres españoles. La prematura muerte del papá, cuando José tiene cinco años, introduce fuertes cambios en su vida.


    Realiza los estudios de bachillerato en Tudela, España, Al comenzar la carrera de Abogado, decide su vocación: sería Jesuita y misionero.


      Sus predilecciones se orientan a china. Se ofrece a esta misión, pero cuando prepara su viaje, los  superiores le destinan a Venezuela. Aunque contrariado, comienza su trabajo con entusiasmo y la profunda sintonía que lleva en su alma le guía a descubrir en este nuevo mundo, que amará generosamente.


   Terminados sus estudios de Teología, hace un año de pastoral en España. Es la oportunidad de conocer obras apostólicas y personas realizadoras de proyectos multiplicables. Trata con el P. Villoslada, fundador de las escuelas profesionales de la Sagrada Familia y con la Sra. Luz Casanova, fundadora de las damas apostólicas.


      De nuevo en Venezuela renueva su apostolado educativo en el Colegio San Ignacio de Caracas y luego en san José de Mérida.


        En 1950 perecen en un accidente aéreo 27 muchachos del colegio San José y cae sobre su espíritu una prolongada inundación de sufrimiento que comparte con sus familiares y acrecienta su fe, la esperanza y el amor. El recuerdo que les dedica es la casa de retiro de San Javier, un monumento a la esperanza.


        El sueña con una multitud de escuelas filiales del colegio de San José en los pueblos del sur. Sueña con otra serie de Escuelas en los llanos de Barinas. Los superiores le envían a la Universidad Católica Andrés Bello, donde encontrara de nuevo su mundo, su vocación de fundador de Fe y Alegría.


      En su contacto con los pobres hace un descubrimiento sensacional en la persona de Abrahán  Reyes, que dona su casa para la escuela. No le intimidan los riesgos y desafía  continuamente la escasez de recursos.


        El P. Vélaz recibe una esmerada formación como Jesuita: excelente preparación literaria y profunda formación religiosa, filosófica y teológica. Hombre de gran corazón, une el entusiasmo con la claridad mental y un riguroso raciocinio con el estudio de la realidad. Ya está sobre el surco de su vida y comienza a sembrar escuelas en los barrios: Abrahán Reyes, Rosa Molas. M. Cecilia Cros.


        Había que bautizar la naciente obra: el nombre, Fe y Alegría y el logotipo, tres niños que se dan la mano dentro de un corazón. Son también un retrato de su autor: cree en Dios y en el hombre, creado y dotado amorosamente por Dios, comprende que un niño necesita afecto y alegría, tanto como el alimento y que el educador tiene que abundar en estos sentimientos, gozando de que el niño aprenda y se eduque con  Fe y Alegría.


        Los superiores lo retiran de la UCAB en circunstancias dolorosas, pero recibe en cambio su liberación de compromisos docentes para dedicarse a  tiempo completo a expandir sus escuelas.


         Fe y Alegría se va haciendo muy grande. Temen cuando el falte todo se hunda. El P. Vélaz deja la dirección general en manos de sus colaboradores y comprueba, ante los temores, que la obra marcha, que la ha dotado bien para que continúe sin él. Nos deja dos obras pioneras: San Javier de Mérida para la formación de maestros de taller y San Ignacio Del Masparro, Instituto Agropecuario Forestal.


         Su insuficiencia coronaría le obliga a una serie de operaciones que llega justo a tiempo para darle doce años más de vida. Su actividad física se va recortando; en sus últimos años desarrolla su mayor actividad de escritor y escribe las cartas de Masparro y su testamento espiritual, que aleccionan permanentemente a  Fe y Alegría.


Resumen de “Padre José María Vélaz Fundador de Fe y Alegría”

De Antonio Pérez Esclarín.