El P. José María
Vélaz es el fundador de Fe y Alegría. Nace en Rancagua, Chile, de padres
españoles. La prematura muerte del papá, cuando José tiene cinco años,
introduce fuertes cambios en su vida.
Realiza
los estudios de bachillerato en Tudela, España, Al comenzar la carrera de
Abogado, decide su vocación: sería Jesuita y misionero.
Sus predilecciones se orientan a china. Se ofrece a esta misión, pero
cuando prepara su viaje, los superiores le destinan a Venezuela. Aunque
contrariado, comienza su trabajo con entusiasmo y la profunda sintonía que
lleva en su alma le guía a descubrir en este nuevo mundo, que amará generosamente.
Terminados
sus estudios de Teología, hace un año de pastoral en España. Es la oportunidad
de conocer obras apostólicas y personas realizadoras de proyectos
multiplicables. Trata con el P. Villoslada, fundador de las escuelas
profesionales de la Sagrada Familia y con la Sra. Luz Casanova, fundadora de
las damas apostólicas.
De nuevo en Venezuela renueva su apostolado educativo en el Colegio San
Ignacio de Caracas y luego en san José de Mérida.
En 1950 perecen en un accidente aéreo 27 muchachos del colegio San José y
cae sobre su espíritu una prolongada inundación de sufrimiento que comparte con
sus familiares y acrecienta su fe, la esperanza y el amor. El recuerdo que les
dedica es la casa de retiro de San Javier, un monumento a la esperanza.
El sueña con una multitud de escuelas filiales del colegio de San José en
los pueblos del sur. Sueña con otra serie de Escuelas en los llanos de Barinas.
Los superiores le envían a la Universidad Católica Andrés Bello, donde
encontrara de nuevo su mundo, su vocación de fundador de Fe y Alegría.
En su contacto con los pobres hace un descubrimiento sensacional en la
persona de Abrahán Reyes, que dona su casa para la escuela. No le
intimidan los riesgos y desafía continuamente la escasez de recursos.
El P. Vélaz recibe una esmerada formación como Jesuita: excelente
preparación literaria y profunda formación religiosa, filosófica y
teológica. Hombre de gran corazón, une el entusiasmo con la claridad
mental y un riguroso raciocinio con el estudio de la realidad. Ya está sobre el
surco de su vida y comienza a sembrar escuelas en los barrios: Abrahán Reyes,
Rosa Molas. M. Cecilia Cros.
Había que bautizar la naciente obra: el nombre, Fe y Alegría y el
logotipo, tres niños que se dan la mano dentro de un corazón. Son también un
retrato de su autor: cree en Dios y en el hombre, creado y dotado amorosamente
por Dios, comprende que un niño necesita afecto y alegría, tanto como el
alimento y que el educador tiene que abundar en estos sentimientos, gozando de
que el niño aprenda y se eduque con Fe y Alegría.
Los superiores lo retiran de la UCAB en circunstancias dolorosas, pero
recibe en cambio su liberación de compromisos docentes para dedicarse a
tiempo completo a expandir sus escuelas.
Fe y Alegría se va haciendo muy grande. Temen cuando el falte todo
se hunda. El P. Vélaz deja la dirección general en manos de sus colaboradores y
comprueba, ante los temores, que la obra marcha, que la ha dotado bien para que
continúe sin él. Nos deja dos obras pioneras: San Javier de Mérida para la
formación de maestros de taller y San Ignacio Del Masparro, Instituto
Agropecuario Forestal.
Su insuficiencia coronaría le obliga a una serie de operaciones que
llega justo a tiempo para darle doce años más de vida. Su actividad física se
va recortando; en sus últimos años desarrolla su mayor actividad de escritor y
escribe las cartas de Masparro y su testamento espiritual, que aleccionan
permanentemente a Fe y Alegría.
Resumen de “Padre José
María Vélaz Fundador de Fe y Alegría”
De Antonio Pérez Esclarín.
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